domingo, 19 de setembro de 2010

El pañuelito blanco que te ofrecí

El pañuelito blanco que te ofrecí, bordado con mi pelo, fue para ti... Los has despreciado y en llanto empapado, lo tengo ante mí. Lejos cantaba un ave, mi dulce bien, cuando me abandonaste. No sé por qué hasta el pañuelo rodó por el suelo al ver tu desdén. Con este pañuelo cubrí el corazón, con este pañuelo perdí la ilusión, con este pañuelo llegó el día cruel en que tu me dejaste, gimiendo, con él. El fiel pañuelito conmigo sufrió, el fiel pañuelito conmigo quedó, el fiel pañuelito conmigo ha de ir el día que acabe mi lento sufrir. Este pañuelito fue compañero de dolor. ¡Cuántas veces lo besé por aquel perdido amor! Bordado en él tu nombre está y lo llevo siempre aquí. ¡Cuántas penas que me da recordándome de ti! La tarde estaba triste cuando te vi y cuando en tu boca, temblando, oí que no me amabas y que te alejabas por siempre de mí. El noble pañuelito, en mi pesar ha sido confidente de mi pesar. Y acaso impida que, nunca, en la vida, te pueda olvidar.

Nenhum comentário:

Postar um comentário